sábado, 19 de mayo de 2007

POEMA MENOR 29

Nadie es capaz de hacer callar a los perros
Que ladran otra vez a medianoche
Esto ha sido escrito hasta el cansancio
Aunque peor es el cansancio
De volver a verlo escrito
Como si alguna vez pudiera llegar a ser
Un poema un poema menor por lo menos
Por qué nadie los hace callar
Perros sin amo no son y ladran
Todo el mundo debe estar despierto
Los vecinos de mi calle
Los habitantes de toda esta ciudad sitiada
Insomnes desesperados al borde de la locura
Antes de escribir reviso puertas
Y ventanas para asegurarme
Alguna podría haber quedado abierta
Vuelvo a echar llave a cerrar postigos
El ladrido de los perros debe ser
Un aviso algo quieren decirnos
Esas mandíbulas que se abren y se cierran
Debo clausurar todo con hermetismo
No con hermetismo de poeta
Con hermetismo de ciudadano rodeado
De merodeadores que amenazan entrar
Por asalto en casa y robar todo
Lo que va quedando
Activo el plan de defensa activo
La alarma contra robos llamo
A la policía y nadie responde el teléfono
Doy vueltas por la casa a oscuras aterrado
El próximo segundo podría ser el último
Son más de las cinco de la mañana pronto
Volverá a amanecer los perros
Siguen ladrando pero es notorio
Que cada vez son menos los que ladran
Aullidos se escuchan aullidos a lo lejos
Pronto la luz del día restablecerá la calma
Al fin podré dormir
Ahora parece ser solo uno el que ladra
O aúlla o gime o se aleja o tal vez
No es un perro
Las primeras luces del alba
Me permiten respirar
Pienso que debería dejar esto
Por escrito para las nuevas generaciones
O para nadie
Voy a la ventana pero decido salir
Voy hacia la puerta la abro y veo
Un desierto donde había una calle donde
Había casas edificios automóviles
Un desierto que se extiende desde la puerta
Y se pierde en el infinito.

viernes, 4 de mayo de 2007

Villa Grimaldi

En el florido parque de lo que fue
Un horroroso campo de prisioneros
La falsa princesa saluda
A todo el mundo por igual aquí
Todos fuimos iguales
No quiero saludar de preferencia
A nadie ni siquiera a mi madre
Y cuando se vacía el horroroso
Campo lleno de flores bordado
Quedan temblando las palabras
De la que quiere ser princesa
Y su particular
Visión de la igualdad humana
Tal vez un campo permanente
De tortura sea
Lo que andamos buscando
Como ciegos benditos sean
Los cuerpos los gritos de dolor
De quienes resistieron
Porque no fueron iguales.