viernes, 22 de febrero de 2008

POEMA MENOR 38

Las cortinas color obispo
Tal vez otro tono de rojo gruesas
A la vista detrás de los vidrios
De la ventana que da a la calle
Un dormitorio con una cama
De dos plazas en posición lateral
Respecto de la ventana y al centro
Del ventanal la parte posterior
De un televisor negro a las nueve
De la mañana mira la pantalla
A las tres de la tarde parece dormir
Sentada sobre la cama perfectamente
Hecha y limpia con un bordado
Entre las manos y los ojos perdidos
En la pantalla en la infancia quién sabe
La veo comer moras que arranca
Evitando las espinas de la murra al lado
Del camino la veo con un brazo
En cabestrillo enyesado fracturado
Tras caer de un caballo y sonríe
La veo sentada frente a la mesa
De costura y llora con las manos
Cruzadas sobre el vientre de nueve meses
La veo salir de casa tomada de la mano
Del esposo que era mi padre
Camino del cine al atardecer
Peinados y alegres
La veo consolar a su padre anciano
Al día siguiente de la muerte
De su madre la veo fumar junto
A la chimenea luego
La veo venir sin gestos de ternura
Al encuentro del niño que sale
De la escuela aterrado la veo
En silencio su mundo su refugio
No veo su dolor y escucho el nombre
Que los demás ponen a su dolor
Cortinas color obispo burdeos
Gruesas al otro lado de la ventana
No impiden verla ahora tendida
Sobre la cama de dos plazas y cerrar
Los ojos como si solo fuera a dormir.

POEMA MENOR 28

Al otro lado del río
Hay un hombre sentado
Sobre una piedra
Con una escopeta
Entre las piernas
Y la barbilla apoyada
En los cañones
Detrás del hombre
Entre los árboles
No hay nadie.