sábado, 21 de febrero de 2009

POEMA MENOR 89

Muerto dios qué más podíamos hacer
Dejar flores o piedras de tumba en tumba
Inventar otro que también se lo hablara todo
Fuimos modernos desde entonces y con toda
La razón de nuestro lado sin saber
Que el encantamiento
Sería echado en falta apenas tres siglos después
Del mundo encantado a los hornos de treblinka
A guernica al gulag a venda sexy
Que alguien convierta en pan los peces y el agua
Alcance para lavar los pies y las manos
Manchadas de sangre dios mío
De dios en dios como de tumbo en tumbo.

7 comentarios:

baudelaire3 dijo...

Pedazo de poema!!! Piglia habla exactamente de lo mismo en Respiración artificial, ahí un personaje plantea la tesis de que el origen de Auschwitz está en la pregunta metodológica de Descartes: los hornos como la pesadilla de la razón, como su concreción más mosntruosa. Se viene reseña (en cuanto termine otra con la que estoy enfrascado) de Hombre muerto.

Un abrazo desde Iowa City con cara de primavera pero con frío todavía,

CGO

Unknown dijo...

claro, claro
no conozco el texto de piglia pero es eso; ya antes de piglia se planteaba que es precisamente el imperio de la razón lo que nos llevó (y lleva)a esas linduras.
un abrazo (gracias anticipadas por la reseña que anuncias; espero corresponder...)
g.

Ignacio Navarro dijo...

Excelente Guillermo.
Un poema menor 89 muy lleno de relaciones y emociones que encajan entre si como un rompecabezas de 500 piezas.
Me gusta el juego de palabras:
"A guernica al gulag a venda sexy"
Es un sonido que nunca había oído en mi mente.

Anónimo dijo...

Estimado Guillermo:

Me gustó mucho Hombre muerto, aunque no haya sido muy comentado. Los buenos libros pasan a menudo de lado. Creo que hay una escritura sólida y persistente, que provoca al pensamiento.

Un abrazo, Jorge

Anónimo dijo...

Cuando a los dioses se les antoja volver, el poeta dizque es aquel que está de servicio en la recepción, equipado con su iluminada irracionalidad. Oficio peligroso que suele acarrearles la insolvencia o el delirio a quienes lo ejercen con seriedad (y cuando la demás gente les hace demasiado caso, los hornos también se podrían volver a calentar).

Mejor lo explica Cernuda:

Mas tú no existes. Eres tan sólo el nombre
Que da el hombre a su miedo y su impotencia,
Y la vida sin ti es esto que parecen
Estas mismas ruinas bellas en su abandono:
Delirio de la luz ya sereno a la noche,
Delirio acaso hermoso cuando es corto y es leve.
De: Las ruinas

Un saludo y te sigo leyendo en Karlsruhe.

Guido Arroyo dijo...

Hola Guillermo:

me gustó mucho el poema. Hay un texto de Nancy "La representación prohibida", que merodea sobre la condena de las imágenes por representar debido a la premisa: "hechos a imágen y semejanza de dios". Me parece que en tus versos persiste esa idea con la convicción de que perdurará el imperio de la razón aunque se acabe el agua... ¿El poema es parte de un proyecto mayor, ojalá aparezca pronto?

saludos
g

Unknown dijo...

hola guido, gracias por tu comentario.
probablemente publique este año un nuevo libro
saludos
g.